lunes, 27 de diciembre de 2010

Si yo fuera Ministra de Educación...

Estoy en modo PARTY PLAY en el tren. Significa… ¡¡¡que estoy sola en un vagón de 4x3m2 y dándolo todo con música en mis auriculares!!! Y ahora mismo tengo sonando… ¡¡¡Getting Over You de Guetta!!!!

¿Y por qué este comportamiento? A lo mejor porque estoy de camino al aeropuerto de Copenhague, donde me espera un avión que me va a llevar a mi casa por Navidad…o a lo mejor porque me estoy meando. O las dos cosas. Me meo…

Bueno… ahora que tengo la vejiga vacía… podemos continuar.

El otro día mientras trabajaba en la oficina me ausenté un momentillo de la pantalla y empecé a divagar en mi mente… el viaje no duró mucho puesto que de pronto vi la clara imagen de mi madre y mia rebuscando en la basura del colegio cuando yo era una niña. ¡Qué ascazo! Fue como volver de una bofetada a la realidad. Total, me dije a mí misma que era una vergüenza que me ausentara de esa forma para analizar mi mente y mis recuerdos. Menos mal que mi tendencia a perder la concentración mientras realizo mis tareas no suponen un riesgo para ningún ser humano… Menos mal que no me metí a controlador. Hahhahaha

Total, acto seguido, volví a la pantalla del ordenador y en menos de medio minuto volví a personarme en el recuerdo, igual que en las historias del rico y avaro Sñr. Scrooge, despertado por un fantasma la noche antes de Navidad para demostrarle lo sólo que morirá el día de mañana si no cambia su actitud.

Bueno, centrémonos. No me acuerdo cuántos cubos y bolsas de basura vaciamos. Recuerdo que tuvimos que hacer varias pasadas. ¡Qué asco! ¡Y cuánta comida! …desperdiciada en la basura. Ese día comimos fideuá, pescado y ensalada.

Recapitulemos. Una tarde, mi madre vino a recogernos a la escuela porque teníamos hora en el dentista. Estábamos en el coche cuando ella me preguntó si me había acordado de ponerme el aparato después de comer. NEGATIVO. Pues corre, hija, póntelo. ¿Te has lavado los dientes? NEGATIVO. Bueno, póntelo y te enjuagas la boca cuando lleguemos al dentista.

Ehhh… ¿mamá?

–¿Qué?

No tengo el aparato…

–¿!!!!!!!Qué!!!!!!?

Se me ha olvidado en la bandeja de la comida…

DERRAPE EN LA ROTONDA.

Total… ahí estábamos, buscando y rebuscando en la basura del colegio, hasta que lo encontramos. Juraría que mi madre, como castigo, me hizo ponerme el aparato con la excusa de que estaba envuelto en una servilleta. Sin embargo, prefiero confiar en que mi mente me la está jugando para vengarse de alguna otra cosa que yo la haya hecho… Mi madre no es tan PERRA.

Este recuerdo me dio una idea. No sé si alguna vez habéis visto cuánta comida se desperdicia y se tira a la basura en un colegio. Si yo alguna vez trabajase en un colegio o fundara uno, sería ecológico, ahorrador y productivo.

Para resolver el problema de la comida, obligaría al personal de cocina a separar los alimentos. De este modo, todos los alimentos orgánicos irían a parar a un container y serían compost para la huerta que tendríamos detrás de la escuela. Habría una clase de jardinería y agricultura, de modo que los niños aprenderían a cultivar y cuidar plantas, verduras y frutas en sus casas. Aunque… ahora que lo pienso, no todos los niños viven en casas con jardín y leñeras para la chimenea. Aún así, es importante que sepan de dónde vienen las frutas y las hortalizas.

La carne, el pescado y los desperdicios que no se pudiesen utilizar en la huerta, se podrían vender a un precio determinado a las granjas, como pienso para animales o a alguna fábrica de combustible. Algo me dice que en el futuro podremos utilizar carburante proveniente de desechos comestibles.

Estuve en un campamento una vez en el que tenían nueve tipos de basura distintos: para cristal, para metal, plástico, basura orgánica, basura para quemar, papel y cartones de leche en otra… También utilizábamos dos o tres tipos de agua y nuestras necesidades las hacíamos fuera en un sitio concreto. Nuestras heces quedaban enterradas en la misma isla, puesto que la cabina se iba cambiando de lugar. Esta información tan preciada la daré a conocer en otro artículo.

Ya estoy en Roskilde. Media hora hasta Copenhague y 45 para el aeropuerto.

Además, en esta escuela imaginaria mía, los niños ayudarían por turnos a los de la cocina, de manera que todos, ayudasen al menos dos o tres veces por curso a limpiar.

Habría clases de cocina después del colegio dos veces al mes y lo mismo con clases de agricultura y jardinería. A lo mejor, clases de costura una vez al mes para remendar sus uniformes o su ropa. Habría clases de sexualidad y habría distintos niveles. Tres, ¿quizás? El primero para los alumnos más jovencitos. Lo importante es que a partir de los 15, habría talleres de sexualidad donde los alumnos podrían preguntar todo lo que quisiesen y se les respondería con el mayor detalle y honestidad posible, sin entrar dentro de la perversión. Los talleres serían unisex para que cada sexo se pueda explayar sin tapujos. Y, por supuesto, los más tímidos podrían acudir a sus tutores en privado.

Habría talleres para construir o renovar muebles, habría talleres para construir maquetas, edificios con palillos de polo y helados…

Puesto que mis fantasías han vuelto a tomar el vuelo, voy a dar por finalizado el blog. De lo contrario, la gente me tomaría como una ilusa cuando lo que estoy diciendo es completamente posible.

¡Un saludín!

domingo, 5 de diciembre de 2010

El lago de los cisnes – 29.10.2010

Estoy en el tren de camino a Copenhague. Me espera un fin de semana interesante.

Hoy, viernes, fiesta con Bea y sus amigas. Mañana, sábado, ballet con las chicas en la Ópera.

Estaba planeado desde hace un mes. Compré los billetes para ellas y para mí para agradecerles todo lo que habían hecho por mí desde que llegué a Copenhague. Aún así, la madre, Cristina, se negó en rotundo e insistió en pagar los billetes de sus hijas y el suyo. Así que al final no les pude hacer el regalo que tenía en mente.

La pieza me gustó, aunque no tanto como esperaba. Me pareció que les faltó emoción y pasión a varios de los bailarines. Sin embargo, estoy contenta de haberlo visto y ansiosa por ver La bella durmiente este invierno si puedo. Además, la Ópera de Copenhague es un edificio bellísimo con una decoración exquisita de la que resaltan las lámparas de Swarovski. Está situada en el puerto y desde su terraza superior se ve el centro de Copenhague, con Amalienborg en primer plano.

De todas formas, no es lo importante. La razón por la que escribo es porque el otro día, mientras pensaba en la ópera, el ballet y lo encantada y contenta que estaba por ir a verlo, me acordé de una mujer. Desafortunadamente, no me acuerdo de su nombre, así que llamémosla Mme. Papillon. Pues bien, pensaba en lo que la hice sufrir a aquella pobre mujer que intentó ponerse en el lugar de mi madre durante un mes. Recuerdo que era fea, pero también jovencilla (en el límite)… el caso es que no sé si es producto de mi imaginación o no, pero la imagen que me viene a la cabeza cada vez que pienso en ella es la de una mujer arrugada (debe ser el estado en el que la dejé…).

Esto debió suceder allá por el verano de 2003. Como de costumbre, mis padres me habían enviado a la casa de una familia francesa de la que me quedan escasas imágenes y muchos recuerdos. Llamémosla la familia Papillon.

El hijo era completamente subnormal y aburrido. Gracias a él odié la música francesa durante años hasta que la gente de Les Glénnans me mostró lo que era la música francesa en realidad. Este tipo tocaba la guitarra y tenía las uñas de la mano derecha largas y puntiagudas, mientras que las de la mano izquierda, se las mordía. Si no hubiese sido por él, jamás habría conocido la famosa canción francesa Papillon (que por cierto, fue la que me hizo odiar la música francesa porque sonaba como la del corro de las patatas).

Ella (la niña de mi edad) parecía normal al principio, pero escondía un doble filo de cuidado y, honestamente, entiendo que terminase odiándome. Creo que es la única persona sobre la faz de la tierra que me odia con todas sus ganas. Después de acogerme en su familia durante un mes en Francia, la traté fatal cuando le tocó a ella venir a mi casa. En mi defensa, sólo puedo decir que no nos llevábamos bien y que esa fue la razón por la que no la traté como una amiga cuando vino a mi casa. Me tenía harta.

La hermana mayor, debía ser la más normal de la familia. El único recuerdo que tengo de ella fue el que se enfadara conmigo por fomentar amistades negativamente influyentes. Todo sucedió la noche en la que intenté convencer a la sosa de… Mlle. Papillon de aceptar la invitación al baile por parte de los chicos del pueblo (amigos que YO había hecho durante las pocas semanas que estuvimos allí). Ella estaba un poco confusa, no sabía muy bien qué decir… Para su salvación, apareció su hermana mayor, que parecía tener las ideas más claras, y nos arrastró de vuelta a casa. Bueno… lo de arrastrar a lo mejor fue sólo a mí.

Por un baile… ¡pffff!!! Encima no era cualquier baile… ¡era el baile en honor a la fiesta nacional del 14 de julio! ¡AH! Todo vuelve a mi memoria ahora. No sólo iba a aceptar la invitación de los chicos del pueblo (probablemente cocidos como cerdos), sino que les iba a utilizar para entrar acompañada y luego dar caza a uno de mis múltiples primeros amores de verano. Creo que se llamaba Phillipe… y, gracias a mi interés por dejar plasmado en papel mis fugaces historias amorosas, al parecer tenía los ojos brillantes como el reflejo del sol en el mar, oscuros como el propio océano (a pesar de que fueran marrones, casi negros) y una sonrisa perfecta, probablemente de esas que me vuelven tan loca. Incluso tengo dibujos que hice al volver a la realidad, mi casa. Dibujos en los que salimos besándonos, paseando por la playa, abrazados mirando un atardecer, en una guerra de Paintball y diciéndonos adiós en el aeropuerto (yo con un ramo de rosas y un culo bien definido). Por supuesto, he de confesar que ninguna de las últimas situaciones mencionadas sucedió en la realidad. Siempre he tenido mucha imaginación.

Los padres, lo único que recuerdo de los padres es que eran extremadamente conservadores… un coñazo. Del padre no recuerdo nada y de la madre, sólo recuerdo que me odiaba y que probablemente aún lo haga o me recuerde como a un bicho digno de un buen pisotón.

Después de un verano movidito por la explosión de mis hormonas (estaba loca por tres chicos distintos, uno de ellos mucho más mayor que yo) y mi incesante defensa de mi derecho a tener amigos y amigas de todo tipo (muermos como ellos y porretas como los del pueblo), la madre decidió llevarnos a todos a un espectáculo de ballet local. Yo me negué en rotundo, puesto que no me interesaba lo más mínimo, del mismo modo en que no me interesaba para nada ir a misa todos los domingos con ellos. Fui a Francia para experimentar el modo de vida francés… que ellos fueran una familia ultra católica no es relevante.

Con el cabreo aún encima, me senté una fila más atrás que ellos. La muy zorra se giró y con su cara de pasa me dijo que hablaríamos después del ballet y que esperaba que me gustase. Contestación: mirada asesina. Las luces se apagaron.

Pues me gustó. ¡Qué digo! Me encantó... nunca lo olvidaré. A lo mejor incluso fue por su culpa que siempre haya lamentado no ir a la ópera, al ballet o al teatro más a menudo.

Lamentablemente, nunca pude decirle lo mucho que me gustó y que en realidad tenía los ojos rojos y llorosos por la emoción. Cuando se levantó el telón y se encendieron las luces, después de los aplausos y las rosas, la mujer sentada en frente se volvió hacia mí y me preguntó sorprendida si me había dormido. Mme. Papillon lo escuchó y me dedicó su mirada más sangrienta y asesina.

Woody Allen

"In my next life I want to live my life backwards. You start out dead and get that out of the way. Then you wake up in an old people's home feeling better every day. You get kicked out for being too healthy, go collect your pension, and then when you start work, you get a gold watch and a party on your first day. You work for 40 years until you're young enough to enjoy your retirement. You party, drink alcohol, and are generally promiscuous, then you are ready for high school. You then go to primary school, you become a kid, you play. You have no responsibilities, you become a baby until you are born. And then you spend your last 9 months floating in luxurious spa-like conditions with central heating and room service on tap, larger quarters every day and then Voila! You finish off as an orgasm!"
Woody Allen

Este texto es simple y brillante a la vez.

Mantener al día el blog me da pereza porque pienso que he de escribir parrafadas cada vez, en vez de tomármelo como un simple diario. Las entradas no necesitan ser largas, ni mucho menos brillantes. De hecho, la única razón por la que escribo entradas es para dejar constancia de ciertas reflexiones, experiencias y momentos o recuerdos de mi vida.

Voy a intentar escribir más... a ver qué pasa.

lunes, 22 de noviembre de 2010

2006 - PROMESAS


Prométeme que nunca te enfadarás conmigo,

Prométeme que siempre caminarás conmigo,

Prométeme que nunca me ocultarás secretos,

Que tú y yo compartimos más que una amistad.

Promesas, son sólo promesas,

Que probablemente olvidarás.

Hazme sentir bien, hazme sentir libre.

Llámame, ven a mi casa.

Sabes que soy un puerto seguro.

Sabes que conmigo hay un futuro.

Prométeme un sueño, las estrellas,

Piensa en tantas cosas como puedas

Y prométemelas todas ellas.

Promesas, tan sólo promesas

Que seguramente no cumplirás.

Quiero que cuentes conmigo

Porque yo cuento contigo.

Olvídalo, no me prometas nada.

De todas formas, son todo

Promesas hechas en vano,

Hechas por el gusto de prometer,

Hechas por lo bonito del recuerdo.

Hechas sin pensar en el futuro.

[…]

2006 ¿Qué te dije?

Tantas veces te lo dije,

Tantas fueron las veces

Que te dije, ¿qué te dije?

Aún recuerdo lo que te decía

Mientras dormías envuelta en

el frío de mi tejado estrellado.

Tantas veces te lo dije,

Tantas fueron las veces

Que te dije, ¿qué te dije?

Cosas sinceras ¿recuerdas?

No, no lo recuerdas.

Dormías, sé que dormías.

Cosas que no buscan respuesta,

Sino que buscan perderse en el viento.

El frío debió congelarlas

Mientras flotaban gélidas en el aire.

No te voy a mentir:

Puedo vivir sin ti.

Pero bien sabes que mejor

contigo que sin ti.

2006 - Eres como el mar


Pensando y pensando,

Llorando y llorando,

Recordando y recordando,

Sólo hay una conclusión.

Eres como el mar

Porque vienes y te vas.

Cuando vienes, rompes en mi vida,

Como lo hacen las olas en la orilla.

Cada vez que te veo venir.

Parálisis, no me puedo mover.

Eres como el mar

Porque vienes y te vas.

Al igual que las olas al romper

Agitan con furia la arena,

Tú agitas mi cabeza y revuelves

Todos mis pensamientos, mis deseos,

Emociones y recuerdos… mi vida.

Eres como el mar

Porque vienes y te vas.

Y cuando la ola se retira,

se lo lleva todo consigo.

La arena, las conchas,

Las piedras y las esmeraldas.

Y todo lo que encuentra en su camino.

Eres como el mar

Porque vienes y te vas.

Cuando vienes, rompes en mi vida,

Como las olas en la orilla.

Situación: posible maltratador

Un chico y su novia llegan a la casa de ella. Su salón está lleno de dibujos, cuadros y cosas en las paredes. Todos los rincones están llenos de colases y recortes de periódicos y de revistas. Después de analizar los cuadros y dibujos, se da cuenta de que hay un nuevo colás y se acerca. Son recortes de revista. Todos llenos de productos y alimentos, distintos supermercados, cosas de la vida cotidiana.

De pronto, se gira hacia su novia y le dice:

Cielo, ¿por qué cuelgas un recorte con compresas y tampones? Haha, eso es algo que se sabe, pero no se dice, ni se predica a los cuatro vientos. ¿Cómo se te ha ocurrido publicar algo tan íntimo? Es como si yo mostrara al mundo entero qué marca de condones uso o ¡confesar que uso tés que me ayudan a evacuar! ¡Qué cosas tienes en la cabeza! Pero, ¿qué digo? Es que ni se me ocurriría, tienes un problema. Es de tontos, una de esas niñitas que aún no se han dado cuenta de que sus acciones tienen consecuencias. ¿En qué estabas pensando? Vaya metedura de pata. Eres una descuidada y una imbécil.

Contestación de la chica:

Lárgate de mi casa. No quiero volverte a ver en mi vida.

(Se cierra el telón)

Narrador: Esa es la chica que yo quiero ser